Calle de La Paz
La calle de la Paz, llamada al principio Peris y Valero, en honor de su fundador, es una de las más importantes reformas urbanas del siglo XIX.
De nuevo trazado rectilíneo, diseñado en 1869 por los arquitectos Sorní y Mercade, tiene 16 metros de anchura, y une la plaza de la Reina con los jardines de la Glorieta y el Parterre, ofreciendo al fondo la bella perspectiva de la torre de Santa Catalina.
Está concebida en la línea del urbanismo decimonónico francés que Haussman había desarrollado en París, a mitad del siglo XIX y que cambiaría totalmente la imagen de la capital francesa.
La calle de la Paz, aunque evidentemente no de forma tan rotunda, transformó esta parte de la ciudad, atrayendo el comercio y convirtiéndose junto con el Ensanche de Colón en lugar de residencia de la clase burguesa. Para su apertura y después construcción que duró aproximadamente treinta años, fue necesario derribar muchas casas y conventos, como los de Santa Tecla y San Cristóbal, y se atravesaron muchas manzanas a base de expropiaciones. Sus edificios, a pesar de sus diferentes estilos, presentan todos ellos una gran unidad de conjunto; tienen la mayoría un carácter ecléctico, donde se mezclan los elementos iconográficos románticos con los provenientes de la tradición constructiva, apareciendo numerosos elementos del modernismo valenciano, casticistas e incluso racionalistas. Los edificios se proyectaron en su mayoría como casas de rentas, si bien el principal se reservaba para el propietario.
En mi opinión, una de las calles más emblemáticas y con más solera de Valencia, edificios de alto estanding e incluso alguno de ellos con historia, por albergar durante un tiempo en la guerra civil española, el gobierno de la república.